Ben Carey: Ganador del premio Hair Icons 2013
Ben Carey era el mayor de seis hermanos. Su padre era sargento de la fuerza aérea y pasó gran parte de su infancia en Alemania. A los trece años, su familia fue trasladada a West Palm Beach, Florida, donde pasó su adolescencia felizmente en un clima cálido. Después de la escuela secundaria, asistió a la escuela de cosmetología durante el día y trabajó como instructor de baile en Arthur Murray's por la noche.
Su carrera en el negocio de los reemplazos capilares comenzó cuando organizó fiestas de pelucas en sus casas. Tuvo éxito porque pudo ver (y vender) la transformación que podía producir una peluca. Las pelucas se pusieron de moda en los años 60, cuando las mujeres podían cambiar de estilo fácilmente, transformándose de ordinario a exótico o vanguardista en un instante. No solo las mujeres, sino también los hombres comenzaron a querer disfrutar de las ventajas de cambiar de cabello. Pensemos en Cher y Liberace... y en el favorito de Ben, el wiglet, que usaban todos en esa época, incluso Jacqueline Kennedy.
Ben era joven y trabajaba en Hollywood bajo la dirección de Max Factor. Primero lo trasladaron a San Francisco y luego a Salt Lake City. En Salt Lake City se instaló su espíritu de verdadero emprendedor. Comenzó su propio negocio de pelucas, Cleopatra Wigs. El éxito de Cleopatra Wigs lo impulsó a los 25 años a ir a Hong Kong, donde conoció a un joven empleado de banco, Michael Chan. Michael hablaba inglés perfectamente y ayudó a Ben a negociar su propia fábrica en Hong Kong.
En los años setenta, cuando Corea del Sur comenzó a producir peluquines, fue uno de los primeros en establecer una fábrica y abrir una cadena de tiendas minoristas en todo el oeste, incluidos Utah, Idaho, Colorado, Arizona, Oregón, Washington, Nebraska y California.
En los años 80, fundó la empresa por la que sería más conocido, Nova Hair Systems, que sigue funcionando hoy en día. Era conocido en la industria como pionero en el desarrollo y fabricación de nuevos estilos y tecnología en la industria del reemplazo capilar. Uno de esos nombres es Randy Martin. Ben siempre respetó y admiró mucho a Randy. Estaba conmocionado y entristecido por su repentina pérdida.
Aunque Ben se dedicaba al negocio de los implantes capilares, tenía una abundante cabellera. Su pelo se volvió gris a los 20 años, lo que le dio un aspecto distinguido. Tuvo sus desafíos: perdió un ojo y, afortunadamente, conservó la vista en el otro. Tenía dificultades con la percepción de profundidad y siempre quiso ver en 3D. Hoy en día, le habría decepcionado mucho ir al cine. Se habría sentido muy orgulloso y honrado de recibir este reconocimiento.
“Ben se habría sentido muy orgulloso y agradecido por este gran honor. Tenía un gran respeto por sus compañeros y se sentía muy inspirado por ellos, y estaría muy agradecido por este reconocimiento. Como su familia, nos llena de gran alegría y satisfacción que su memoria haya sido honrada de esta manera. Gracias”.